Desinformación y caso
El segundo día de cuarentena ha sido un domingo. Desinformación y caso. Nadie por las calles y controlando a mis seres queridos. Acompañado de la persona que forma parte de mi vida y de la que me siento orgulloso. Cada día que pasa es todavía mejor que el anterior.
Nos levantamos temprano. Pero no, el virús sigue ahí. Empiezan las conexiones por WhatsApp con los amigos. Todos estamos preocupados y ésto todavía acaba de empezar.
Desayuno y un poco de ejercicio para empezar el día. Una peli pendiente del día anterior y a disfrutar de una comida de calidad, digna del mejor restaurante de España en la mejor compañía. El vino no era el mejor, pero supo a gloria.
Después un poco de revisar las noticias y a leer un rato juntos. Cómo mola esa idea que tenía desde hace tiempo. Merece la pena.
Por la noche, vuelve la desinformación y el caos. Las familias solo piensan en los suyos y así, este virus será letal.
No queda más que mantenerse fuertes y sanos para poder levantarse y seguir.
Mañana no vuelvo a leer ninguna mierda sobre el dichoso coronavirus.
Yo estoy bien. Mi familia también. Seguimos.
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